Esta referencia nos aproxima a dimensionar su significado, en esencia indefinible.
Una mirada acerca del concepto nos transmite que el Registro Akáshico es “la Fuente” que contiene todas las experiencias del Alma en su expresión divina y de las almas en sus expresiones individuales (bajo la ilusión de la separación).
Entendiendo lo anterior, podemos comprender de mejor modo a la disciplina que también se conoce con el nombre “Registros Akáshicos”.
Esta disciplina enseña cómo acceder de forma consciente y elegida al Registro Akáshico y a partir de ese punto, comenzar a identificar las interferencias del Ego que surgen como un intento de evitar la transformación que constantemente estarán proponiendo los propios Registros.
Este trabajo con los Registros es una forma de vida, pues mientras más alguien se “trabaja”, se va haciendo auto-responsable, y profundiza en el conocimiento del propio Ego, no sólo va transformando su vida en concreto, volviéndose más libre y feliz, sino que además su comunicación con los Registros se va volviendo más fluida y más consciente, lo que permite alcanzar niveles de profundidad mayor y se obtienen oportunidades de hacer cambios también más profundos, lo que se convierte en una espiral de evolución consciente sin fin.
Algo interesante a destacar es que los Registros Akáshicos vibran con la energía del amor incondicional, lo que por una parte nos ayuda a distinguir la procedencia de los mensajes, aunque lo más importante es que jamás entregan algo que los involucrados no estén en condiciones de recibir. Más aún, lo que entregan, lo hacen de la forma que el alma de quien lo recibe, más necesita. La compasión es inherente a los Registros Akáshicos y se adaptan a las limitaciones y condicionamientos de los involucrados, permitiendo que lo necesario para las almas en cuestión se manifieste.
Por todo lo anterior y sin pretender definir (limitar), podemos sintetizar el concepto con las siguientes aproximaciones.
Desde el punto de vista conductual, los Registros Akáshicos serían una herramienta de desidentificación del Ego, pues quienes la usan (quienes trabajan con sus Registros, haciendo cambios concretos en sus vidas), elevan sistemáticamente su nivel de consciencia en relación a su Ego, descubriendo gradualmente sus mecanismos de reacción y las razones porqué actúa del modo en que lo hace, lo que permite crear formas de conducta diferentes, más sanas, más libres, más cercanas a lo que el alma elige.
Desde el punto de vista espiritual, los Registros Akáshicos actúan como una herramienta ascensional, pues nos ayudan a recobrar la consciencia de que también somos La Fuente, guiándonos compasivamente mientras hacemos cambios conscientes e incluso transformándonos de modo espontáneo.
Desde el punto de vista energético, los Registros Akáshicos se constituyen en una herramienta de sintonización con la energía del amor incondicional, pues cada vez que se trabaja con los Registros, más allá de que se hagan o no preguntas, algo ocurre, que trasciende lo mental, una transformación espontánea comienza a suceder y por supuesto que si se trabaja de modo permanente, esto se hace evidente. La misma transformación que proponen a nivel mental, también se manifiesta a nivel energético. Esto es parte de un fenómeno que denominamos “Sanación Akáshica”.
Las dos formas más habituales de beneficiarse directamente de esta disciplina son a través de las Lecturas de Registros Akáshicos, en donde cualquier persona, sin tener estudios del tema, puede agendar turno con un Lector o Lectora y preguntar acerca de los temas más relevantes en su vida o, literalmente, lo que desee. La otra forma habitual de beneficiarse de esta disciplina, es formándose, aprendiéndola e integrándola al trabajo personal.
Hoy en día existen muchas escuelas de Registros Akáshicos, todas derivadas de la escuela original: ARCI.
Varían en sus formatos y la profundidad de sus formaciones. Como en otras disciplinas, se pueden encontrar cursos virtuales, manuales pirateados o incluso talleres presenciales que en pocos días entregan un certificado de maestro. O también se puede optar por formaciones profundas, en donde llegar a ser maestro toma años.
Por ahora, la única Institución seria, con respaldo y presencia internacional real y permanente, sigue siendo ARCI.
Tanto a Laura Lagos, como a Mauricio Onetto, les tomó varios años alcanzar dicha Certificación Internacional, y hoy recorren el mundo realizando Lecturas y ofreciendo Cursos en sus diversos niveles de esta disciplina que, literalmente, está transformando al Mundo.
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