Entrevista a Mauricio Onetto, realizada por Eva Débia
publicada en Revista Somos
Algunas teorías vinculadas a la Nueva Era indican que toda la información del universo está suspendida en el éter, quedando un registro de cada experiencia sucedida en ese tránsito vinculante entre el aquí y el ahora para cada uno de los seres vivos. ¿Qué pasaría si pudiésemos acceder a esa maravillosa biblioteca?
El término akasha es una palabra que, en sánscrito, sirve para identificar el éter, ese espacio que rodea toda la materia. En el hinduismo también se le conoce como quintaesencia o sonido sagrado.
Es tal la relevancia de este concepto que en el paganismo se postula que la punta superior del pentagrama, la estrella de cinco puntas, representa el akasha, siendo las cuatro restantes un vínculo con el fuego, la tierra, el aire y el agua.
Memoria y Registro
A fines del siglo XIX, la teósofa británica Annie Bésant hace mención por primera vez de los llamados registros akáshicos en su obra La sabiduría antigua (1898); pese a que en sánscrito no existe una definición exacta para su postulado, ella planteó que los antiguos maestros de culturas tan diversas como los mayas, los hebreos, los druidas, los hindúes y los egipcios creían en la existencia de una serie de registros insertos en esta realidad incorpórea llamada éter, una especie de memoria y registro de todos los conocimientos y experiencias del universo, desde el inicio de los tiempos.
De acuerdo a Besant, el acceso a esta información está reservado a personas con habilidades espirituales, pudiendo acceder a esta información de diversas formas como la meditación, el sueño lúcido y las proyecciones astrales.
A poco andar, el postulado ganó adeptos y diversos autores, especialmente aquellos vinculados con la corriente de la Nueva Era, comenzaron a hacer públicas sus experiencias sobre esta materia.
En Chile
La lectura de registros akáshicos es una disciplina que está asentada hace ya varios años en América, y en Chile se observa al respecto una avidez que va en notorio aumento. Existen numerosas escuelas y dinámicas de grupo para aprender sobre el tema. Mauricio Onetto, maestro holístico y lector certificado por la ARCI (Akashic Record Consultants International), viaja constantemente por el mundo para enseñar sobre esta dinámica. En Centro Holístico, espacio donde atiende en diversas ciudades de Chile, responde algunas de nuestras inquietudes.
¿Qué son los registros akáshicos?
- El término posee dos acepciones, una que se refiere a la disciplina y otra a lo que son. La disciplina reúne un conjunto de técnicas y herramientas que permiten acceder de modo elegido y consciente al registro akáshico, desarrollar nuestra capacidad de reconocer dicha vibración, así como las interferencias del ego, creencias limitantes y todo aquello que interfiere nuestro vínculo consciente con “la Fuente”.
Por otra parte, está el concepto en sí del registro akáshico, que se traduce como la quintaesencia o éter. Dicho elemento contiene todas las experiencias del alma y vibra con la energía del amor incondicional, lo que entre otras cosas, permite que esta fuente ilimitada se adapte compasivamente a nuestras limitaciones para brindarnos la posibilidad amorosa de mostrarnos lo que estamos en condiciones de ver. Entre otras adaptaciones, toma forma de registros akáshicos, ofreciéndonos un acercamiento razonable a quienes estamos inmersos en la ilusión de la separación: por ello que podemos hablar de tus registros, o de los míos.
¿Qué tipo de información se concentra allí?
- El registro contiene, en esencia, todas las experiencias del alma. En su manifestación humana se adapta compasivamente a lo que cada alma busca en particular y entrega lo que ésta necesita (no necesariamente información) y lo que su ego está en condiciones de recibir: una lectura está al servicio del alma de quien consulta.
Si el consultante está buscando entrar en contacto con alguna experiencia traumática del pasado, para reconciliarla y, por ende, liberar los condicionamientos que provienen de ella, es precisamente lo que ocurrirá durante una lectura, siempre que el ego esté preparado para ello; si el alma está buscando experimentar frustración, para que el ego aprenda a elegir salir de ella y hacerse cargo de su vida, es lo que va a ocurrir; si lo que el alma está buscando es “recordar” alguna experiencia del pasado (o de vidas pasadas), es lo que encontrará.
¿Es posible detectar todo, incluyendo lecciones pasadas y evaluaciones futuras de conciencias o realidades?
- En el registro akáshico no hay limitaciones. Las limitaciones son inherentes a nuestro ego, el que en su afán de mantenerse en control, intenta reducir las infinitas posibilidades del Universo a algo manipulable, que pueda controlar o que le brinde la sensación de control. Paradojalmente, mucho de lo que le brinda seguridad al ego es precisamente lo que el alma está buscando transformar.
En términos generales, cada alma está buscando evolucionar, para lo cual necesita elevar su nivel de consciencia, lo que se consigue experimentando lo nuevo: si el ego está en condiciones y el alma está buscando acceder a información o experiencias que transciendan las barreras del tiempo y del espacio, el registro akáshico lo mostrará.
¿Cómo puede alguien acceder a la información allí almacenada?
- Existen diversas formas de acceso; algunas, de hecho, nos ocurren periódicamente de modo espontáneo. Muchísima gente experimenta cada cierto tiempo aperturas espontáneas de registros akáshicos, por ejemplo, sentir que el teléfono va a sonar y que va a llamar una persona específica y, minutos más tarde, el teléfono suena y quien llama es precisamente la persona en quien pensábamos.
Este tipo de experiencias sucede con más frecuencia de lo que se reconoce, y excede los límites de lo que creemos ser. Entonces, todos tenemos acceso al registro akáshico, pero no todos han desarrollado su capacidad de acceder a él de modo consciente.
¿Quiénes participan en este proceso? ¿Hay maestros, ángeles, seres de luz, que guíen en la entrega de la información?
- Trabajamos con conceptos en este sentido, precisamente para entrar en contacto con nuestras creencias individuales y trabajar lo que sea necesario. Estos conceptos son la Fuente y los maestros, guías y seres queridos.
El principio fundamental de un trabajo con los registros akáshicos -y esto lo distingue de las canalizaciones- es que aquello a lo que se accede también está adentro de nosotros mismos y, por lo tanto, no requiere de intermediarios. Se trata de un paso consciente en nuestra búsqueda de recuperar consciencia de que todos somos uno, y de que también somos la Fuente.
¿Existe algún riesgo en el proceso de la apertura de registros?
- Con lectores o maestros formados adecuadamente, el único riesgo que existe es que se logre hacer cambios evolutivos en la vida, riesgo ilusorio para el ego. Al contar con la asistencia de los registros akáshicos, no sucede nada que el ego no esté en condiciones de experimentar: sólo se manifiesta aquello que el alma necesita.
Como en cualquier área del desarrollo humano, hay quienes practican la lectura de los registros seria y profundamente, y otros que no. Lo mismo ocurre en cualquier oficio. Indistintamente cuál sea nuestra elección, viviremos las consecuencias de ella y creceremos gracias a ella, pues precisamente a esto se avoca el trabajo con los registros akáshicos, a permitirnos vivir y elegir, más conscientes y con un mayor grado de autorresponsabilidad, lo que redundará en vidas más plenas, satisfactorias y concretamente felices.
Fuente
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